La codicia, el deseo desmedido de tener y consumir, la adicción a los placeres, la insensatez y sobre todo el amor al dinero, dan como resultado el latrocinio y la corrupción. Todo acto de corrupción siempre es doble, participa el que recibe y el que da. Por lo regular nos incomoda la corrupción pública, estatal, pero ¿Qué de los que pagan al corrupto? ¿De los que obtienen algún beneficio derivado de actos de corrupción? La Biblia es clara al decir que Dios no tendrá por inocente al culpable, sino que cada uno recibirá su justa retribución.
“Escuchen ahora, gobernantes y jefes de Israel, ¿acaso no corresponde a ustedes saber lo que es la justicia? En cambio, odian el bien y aman el mal; despellejan a mi pueblo y le dejan los huesos pelados”
Miqueas 3:1-2
“Dios dijo: «¡Escúchenme ustedes, jefes y gobernantes de Israel! Ustedes rechazan la justicia, y no respetan ninguna ley. En Jerusalén y en mi templo los crímenes y la violencia son cosa de todos los días. Los sacerdotes, profetas y jueces enseñan, predican o dictan sentencia solo a cambio de dinero.”
Miqueas 3:9-11a [TLA]
“El Señor está llamando a la ciudad, y es sabio oírle con reverencia: «Escuchen, pueblo y consejeros de la ciudad: En la casa del malvado hay riquezas mal habidas y esas medidas falsas que aborrezco. ¿Cómo podré perdonar al que emplea balanzas alteradas y pesas falsas? Los ricos de esta ciudad son todos opresores; mentirosos y engañadores todos sus habitantes.”
Miqueas 6:9-12
“Tus gobernantes son rebeldes y amigos de bandidos. Todos se dejan comprar con dinero y buscan que les hagan regalos. No hacen justicia al huérfano ni les importan los derechos de la viuda. Por eso, el Señor todopoderoso, el Poderoso de Israel, afirma: “¡Basta! Yo ajustaré las cuentas a mis enemigos. Me vengaré de ellos.”
Isaías 1:23-24
“¡Ay de ti, que te haces rico con lo que no te pertenece! ¿Hasta cuándo seguirás amontonando las riquezas que tomaste prestadas?” Cuando menos lo esperes, llegarán tus acreedores, despertarán los que te atormentan y te dejarán desnudo. Las naciones se unirán en contra tuya y te saquearán como tú las saqueaste a ellas. Te harán pagar todos tus crímenes, las violencias que cometiste en el país contra las ciudades y sus habitantes. ¡Ay de ti, que has llenado tu casa con el producto de tus robos, para ponerte a salvo de todo peligro! De ese modo has cubierto tu casa de vergüenza, y has causado tu propia destrucción al destruir a numerosas naciones. Aun las piedras de los muros y la madera de las vigas gritarán en contra tuya. ¡Ay de ti, que construyes tus ciudades sobre la base del crimen y la injusticia!”
Habacuc 2:6b-12
“Dios continuó diciendo: «¡Gente malvada, qué mal les va a ir a ustedes! Al acostarse hacen planes malvados; al levantarse los llevan a cabo, porque tienen el poder de hacerlo. Si quieren terrenos, los invaden; quieren casas, se adueñan de ellas; maltratan al dueño y a su familia, y con engaños los echan fuera. Por eso yo, el Dios de Israel, también tengo planes contra ustedes: voy a enviarles una desgracia de la que no podrán librarse. Les Vienen tiempos tan difíciles que se les acabará el orgullo.”
Miqueas 2:1-3 [TLA]