Las Escrituras exponen los principios bíblicos para gobernar una nación. La aplicación y vivencia de los mismos, son responsabilidad de todo ciudadano; sin embargo, quienes gobiernan tienen mayor responsabilidad. La aplicación de estos principios tiene por consecuencia la transformación, el bienestar y la paz.
Un gobierno con justicia y temor de Dios
“El Dios de Israel ha hablado; el Protector de Israel me ha dicho: El que gobierne a los hombres con justicia, el que gobierne en el temor de Dios, será como la luz de la aurora, como la luz del sol en una mañana sin nubes, que hace crecer la hierba después de la lluvia.” 2 Samuel 23:3-4
Un gobierno con hombres sabios, inteligentes y experimentados
“Por lo tanto, escojan de cada tribu hombres sabios, inteligentes y experimentados, para que yo los ponga como jefes de ustedes. Y ustedes me respondieron: Nos parece muy bien lo que propones. Entonces tomé de cada tribu de ustedes los hombres más sabios y experimentados, y les di autoridad sobre ustedes; a unos los puse a cargo de mil hombres, a otros a cargo de cien, a otros de cincuenta, a otros de diez, y a otros los puse a cargo de cada tribu.” Deuteronomio 1:13-15
Un gobierno con sabiduría para administrar justicia
“Todo Israel se enteró de la sentencia con que el rey había resuelto el pleito, y sintieron respeto por él, porque vieron que Dios le había dado sabiduría para administrar justicia.” 1 Reyes 3:28
Un gobierno que protege a los ciudadanos justos
“… porque los gobernantes no están para causar miedo a los que hacen lo bueno, sino a los que hacen lo malo… está al servicio de Dios para dar su merecido al que hace lo malo… las autoridades están al servicio de Dios…” Romanos 13:3a,4b,6c
Un gobierno con orden
“…el buen dirigente sabe mantener el orden. Cuando triunfan los justos, se hace gran fiesta; cuando triunfan los malvados, la gente se esconde.” Proverbios 28:2a,12
Un gobierno de servicio
“Pero Jesús los llamó, y les dijo: Como ustedes saben, entre los paganos hay jefes que se creen con derecho a gobernar con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, deberá servir a los demás, y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser el esclavo de los demás. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir…” Marcos 10: 42-45a