Nuestra amada Guatemala ha sido descrita como multilingüe, pluricultural y multiétnica. Esta definición enfatiza los prefijos “multi” y “pluri” que indican la diversidad y colectividad de nuestro país. Es decir que, debemos comprender a nuestra Guatemala como la suma de todos, tan distintos, tan diversos, tan únicos y especiales. Pero esta multiplicidad no nos debe dividir ni enfrentar, más bien debe potenciar cada una de las virtudes que tenemos en esa diversidad.
Sin embargo, hay cosas que tenemos en común y que no debemos eludir; una de ellas es el trabajo incansable por la justicia y el hacer bien cada uno de nosotros. Por esto mismo, la responsabilidad de una Guatemala mejor es de todos. Cada guatemalteco tiene un deber individual, muy particular en función del bienestar propio, de sus seres queridos y, por ende, de la nación.
El bienestar del país no depende de unos pocos, es trabajo de todos en conjunto, cada uno haciendo lo que le corresponde y haciéndolo bien. Pero tampoco debemos creer que el país saldrá adelante por medio de individualidades, más bien, el éxito de Guatemala se fundamenta en el trabajo conjunto de todos los hijos de esta bella patria. No son las individualidades las que aseguran la paz, la prosperidad y la armonía del país, es la suma e interacción e interdependencia de todos nosotros, de lo que hacemos, de lo que somos.